miércoles, 27 de febrero de 2013

Flores SABEN QUE GREENWAY ERA….

Flores

…era ni más ni menos que la residencia de verano de la famosa escritora de novelas policiacas, Agatha Christie, entre los años 1938 y 1959. La residencia, que está ubicada en Devon, ha estado mucho tiempo en obras de restauración.

Este primavera abrió sus puertas al público tras una remodelación multimillonaria llevada a cabo por el National Trust (el organismo dedicado a la conservación del patrimonio británico).Los visitantes podrán ver la casa, sus jardines y las colecciones personales de la mundialmente famosa creadora de la señorita Marple y Hércules Poirot.

La casa ha abierto sus puertas para visitas pero se ha de reservar para horas concretas. Es esencial reservar una plaza en el aparcamiento con antelación; debido a la abrumadora demanda en días de mucho movimiento, no se puede garantizar acceso a Greenway House, ya que tiene una capacidad diaria limitada. Para más información visitad la web del National Trust: http://www.visitengland.es/redirect/bounce.aspx?cid=49&url=http://www.nationaltrust.org.uk/main/w-greenway

Como siempre los jardines de artistas tienen la huella personal de esos personajes, y ese elemento da vida a estos espacios, anoto este aquí para un futuro viaje.
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miércoles, 13 de febrero de 2013

Flor El jacarandá en flor

Flor
Nombre científico o latino: Jacaranda mimosifolia D. Don.
Nombre común o vulgar: Jacarandá, Palisandro, Tarco.
Sinónimo: Jacaranda ovalifolia.
Familia: Bignoniaceae.
Origen: Brasil, Paraguay y norte de Argentina.
Etimología: El nombre del género deriva de la denominación original que se le daba a esta planta en Brasil. Deriva de la voz guaraní jacarandá, palabra acentuada en la última sílaba

Los jacarandás, son un género de unas cuarenta especies de árboles y arbustos de la familia de las bignoniáceas, típicos de la América intertropical y subtropical, que prosperan preferentemente en zonas con un buen régimen de lluvias, aunque pueden implantarse y prosperar en zonas más templadas, por ejemplo hacia los 35°, de modo que se encuentran espléndidos jacarandás centenarios en Buenos Aires y en Montevideo.

Las variadas especies pueden alcanzar desde los 2 metros a los 30 metros de altura, de los cuales el fuste representa unos dos tercios. Éste llega a los 70 cm de diámetro, de forma recta y estilizada. La copa es poco densa y semeja un cono invertido. En su especie jacaranda mimosifolia es caducifolio en clima templado al llegar la primavera, como otras especies tropicales.

Sus hojas son opuestas, compuestas, con folíolos pinnatisectos en muchas de las especies, pinnadas o simples en algunas pocas especies.


Florece dos veces por año, en primavera y otoño, produciendo inflorescencias racimosas de flores de color azul violáceo y forma tubular en algunas especies, como la famosa jacaranda mimosifolia, pero varía su color, hacia el rosado en algunas, y al blanco en unas pocas. Las flores permanecen largamente en el árbol.


El fruto es una cápsula plana y leñosa, con dehiscencia circuncisa, de unos 5 a 7 cm de diámetro, multiseminada, lo que hace al genero jacaranda diferente a otras Bignoniaceae.


Por su aspecto los jacarandás son interesantes en jardinería. El jacarandá más típico es el jacaranda mimosifolia, árbol caducifolio de gran porte con frondosa copa que se cultiva ornamentalmente en plazas, parques y jardines.
Su madera gratamente aromática es muy apreciada en ebanistería y carpintería en especial para realizar laminados.
Para saber más del jacarandá:
¿Dónde ver los jacarandás en flor?:
Ir a Travesías http://www.travesiasdelalma.blogspot.com/




La Canción del Jacarandá
de María Elena Walsh

Al este y al oeste
llueve y lloverá
una flor y otra flor celeste
del jacarandá.

La vieja está en la cueva
pero ya saldrá
para ver que bonito nieva
del jacarandá.

Se ríen las ardillas,
ja jajá jajá,
porque el viento le hace cosquillas
al jacarandá.

El cielo en la vereda
dibujando está
con espuma y papel de seda
del jacarandá.

El viento como un brujo
vino por acá.
Con su cola barrió el dibujo
del jacarandá.

Si pasa por la escuela,
los chicos, quizá,
le pondrán una escarapela
del jacarandá.

Para escuchar la Canción del Jacarandá de María Elena Walsh: http://www.silvitablanco.com.ar/jacaranda/jacaranda.htm

martes, 12 de febrero de 2013

Flores Jardines en el Mar

Flores Cuando se vive al lado del mar, o si se dispone de una casa con jardín en la costa para disfrutar durante las vacaciones, es necesario saber que la proximidad del océano afecta a las plantas. Contrarrestar sus efectos es fácil, basta con seleccionar los árboles, arbustos y flores más resistentes y dispensarles los cuidados apropiados. El principal problema del jardín junto al mar es que el salitre proveniente de él se deposita tanto en las plantas como en el suelo. El agua, que se pulveriza cuando rompen las olas en la playa, viaja con el viento y se posa en el primer obstáculo que se encuentra. Y si la fuerza del viento es muy fuerte y la arena de la playa es muy fina, junto a las gotitas de agua marina, viajan, además, granos de arena. En estas circunstancias, las plantas más frágiles sufren las peores consecuencias, ya que los granos de arena producen desperfectos en las mismas, el salitre les tapa los poros y la tierra se ensucia con la sal marina. El efecto producido en la planta es el mismo que se produciría si le faltara agua, aunque tenga bastante a su disposición. La sal sobrante, por ejemplo, se acumula en la punta de las hojas, quemándolas. Para combatir esta situación sólo hay que tomar una serie de medidas con respecto a la tierra o el agua. El terreno idóneo El terreno arenoso es la mejor elección, ya que el salitre no se acumula en la tierra. Si se opta por una superficie arcillosa, ha de tenerse en cuenta que, junto con la sal, en ella se formará una costra en el suelo que afectará, de forma muy negativa, a la vida de las plantas. Para el cultivo en tiestos o macetas, aunque se puede usar tierra de tipo arenosa, es más aconsejable utilizar un preparado para plantas que se comercializa en cualquier tienda especializada, que que es ligero y asegura una buena penetración del agua. En este aspecto, cabe destacar que la arena de la playa no debe utilizarse en ningún caso, ya que, además de estar prohibido por la ley, las sales que contienen son muy perjudiciales para los cultivos del jardín. Regar de forma adecuada Lo más indicado para regar es intentar recoger agua de lluvia. A pequeña escala, se puede utilizar cubos y palanganas. Por otro lado, hay personas que aprovechan el agua de lluvia que cae sobre sus tejados y discurre por los canalones, conduciéndola a un depósito. De cualquier forma, las plantas delicadas, tanto del jardín como interiores, han de regarse con agua embotellada o de lluvia. A la hora de hacerlo, hay que pulverizar el agua y mojar bien todas las partes verdes para limpiarlas del salitre acumulado. Para regar el jardín, lo más cómodo es hacerlo con aspersores. Con el riego por goteo, después de los años, aparecerán problemas de acumulación de sal en los orificios de salida y se tendrán que limpiar o sustituir. Los cuidados del césped Aunque muchos céspedes son sensibles a la sal y viven mal en primera línea de mar, algunas especies resisten mejor las condiciones adversas. Las más extendidas son las gramas, un césped rústico que consume menos agua y se siega poco, aunque amarillea con las temperaturas bajas del invierno. Se siembra a partir de primavera o se planta por esquejes. La variedad americana soporta más la sal y apenas amarillea, aunque haga frío. Sin embargo, al ser de hoja más gruesa, no resulta tan cómodo andar descalzo sobre él. Otra variedad, pero menos extendida, es la Zoysia japónica, un césped muy ornamental, que también consume poco agua y se riega poco. Sin embargo, una de las más utilizadas en zonas costeras, como la del sur de Barcelona, es la llamada grameta de Sitges o grameta de Vilanova, una variedad que proporciona abundante césped, del tipo normal y bastante resistente al agua. Combatir el salitre Una forma de evitarlo en una zona reducida es la construcción de una barrera física en la que choque el viento marino, preferiblemente permeable a totalmente opaca. La valla con brezo seco, por ejemplo, amortigua la fuerza del viento con más efectividad que una pared, ya que esta hace que el viento cree un remolino detrás. Cualquier seto vegetal creado con una planta resistente a la sal es igualmente efectivo. La planta deberá de ser de hoja persistente y que alcance cierta altura. La zona de detrás de la pantalla, que queda protegida del efecto del viento marino es, aproximadamente de una vez y media la altura que tenga la barrera. Las plantas más resistentes Como norma general, es importante no comprar plantas delicadas. Para orientarse, lo mejor es fijarse en las de los vecinos y en las que crecen en los jardines de los alrededores, eligiendo la que mejor se adapte al gusto de cada uno. Lo más seguro es que se trate de palmeras, tamarindos, bellasombras… aunque saber su nombre es bastante difícil, por lo que conviene coger un tallo o grabar su imagen en la memoria para, posteriormente, consultarlo con algún especialista. En cualquier caso, entre los árboles y arbustos más adecuados para estar cerca del mar se encuentran el ciprés, la morera, la palmera, el pino o el palmito. Otras plantas muy resistentes son el aloe, la artensia, todos los cactus, el geranio, el pitus o la yuca, entre otros.